LA CONFESIÓN DE UN MASÓN (1727)
Al redactor del Scots Magazine.
Señor,
Hace algún tiempo, un masón, que
habitaba a una distancia muy alejada, y del cual sabía que era
hombre de carácter sensato y religioso, me envió una larga carta
escrita y firmada de su puño y letra, en la que hacía confesión
del juramento, de la palabra y otros secretos de su oficio. En el
momento en el que escribía este texto y desde hacía ya cierto
tiempo, había estado guardando cama a causa de su angustia física
y describía todo lo que le había sucedido con la convicción de que
todo ello era un misterio de iniquidad.
Su relato está entremezclado de
reflexiones sobre muchos pasajes de la Escritura y aparte de ella,
sobre la iniquidad de la cosa masónica. Considera que el juramento
es impío y abominable, que fue un pecado prestarlo y un pecado
respetarlo. Trata todos los secretos a propósito de los cuales él
prestó juramento como una miscelánea de ceremonias supersticiosas,
de mentiras y de vanos absurdos; y renuncia a todo ello como a una
horrible perversidad. Al mismo tiempo me apremia a publicar el
artículo para la condenación de las personas comprometidas por ese
juramento y para poner en guardia a otras contra la trampa; me
autoriza a desvelar su nombre, su lugar de residencia y la logia a
la cual pertenece. Cualquiera que ella sea yo solamente retomo su
escrito, el cual os propongo aquí, en sus propios términos, para
ser publicado en vuestro "Magazine"; dejando al mundo juzgar como
buenamente le parezca.
El me informa del hecho de que la
relación que da no contiene más que lo que le fue enseñado según
los usos de la logia donde fue recibido; sin considerar las
variaciones en detalles que pudieran existir en otras logias, pues
todas ellas están de acuerdo sobre lo esencial.
Y realmente no se puede suponer
que haya una uniformidad absoluta entre ellas, si, después de lo
que sigue, todo el asunto está confiado a la memoria de los
Masones y corre por consiguiente la suerte común de las
tradiciones orales.
CONFESION DE UN MASON SOBRE EL
JURAMENTO, LA PALABRA Y OTROS SECRETOS DE ESTE OFICIO.
Estas líneas son para
certificar la autenticidad de lo que concierne al juramento, la
palabra y otros secretos guardados en la corporación de los
Masones; yo fui sometido a este mismo juramento por varios de
ellos congregados y reunidos en D. hacia el año 1727.
Del Juramento
Después que uno se presenta en la
puerta, el que la guarda, llamado el vigilante, le retira la
jarretera de la pierna derecha, baja la media, rodándola, sube el
pantalón por encima de la rodilla y exige de él que le entregue
todos los objetos de metal que lleve puestos. Se lo hace
arrodillar sobre la rodilla derecha desnuda; la escuadra se pone
tres veces alrededor de su cuerpo y se apoya sobre su pecho, el
compás abierto pinchando el pecho y su codo desnudo puesto sobre
la Biblia, la mano izquierda levantada. Entonces presta
juramento:
"Como respondería delante de Dios
en el gran día, y delante de esta compañía, yo guardaré y
esconderé, o no divulgaré ni daré a conocer los secretos de la
palabra del Masón, [aquí el candidato se compromete a no
escribirlas sobre papel de pergamino, madera, piedra, arena,
nieve, etc.], bajo pena de serme arrancada la lengua de debajo de
mis mandíbulas y mi corazón arrancado de debajo de mi axila
izquierda, y mi cuerpo sepultado bajo el límite de los altos
mares, allí donde la marea desciende y sube dos veces en
veinticuatro horas".
Inmediatamente después del
juramento, el que preside dice: "Habéis descendido como cowan, yo
os elevo como Masón".
Yo no sabía al prestar este
juramento lo que eran esos secretos que yo no debía divulgar, no
habiendo tenido ninguna información previa.
Un miembro de la logia me instruyó
un poco sobre tales secretos el día mismo en que fui recibido y se
lo llamó mi padrino; y otra persona de la logia que yo escogí
entonces como preceptor por doce meses, fue llamado mi
instructor.
Es una costumbre anual que estas
admisiones por juramento en el seno del oficio tengan lugar en
todo el país el día de San Juan, como se le llama, es decir el 27
de diciembre.
De la Palabra
Después del juramento, una palabra
me es mostrada en las Escrituras y me dicen que es la palabra del
masón. La palabra está en I Reyes 7-21. Dicen que Boaz es la
palabra del masón y Jachin la palabra del compañero de oficio. La
primera se muestra a un Aprendiz recibido después de haber
prestado juramento. La segunda es mostrada al que, habiendo sido
aprendiz durante al menos un año, es admitido a un grado más alto
en la logia, después de haber prestado nuevamente juramento o
proclamado su aprobación en cuanto a esto.
Otros secretos
Ahora voy a desvelaros varios
secretos de diversas clases.
Al principio hay tres líneas
trazadas en tiza sobre el suelo, a intervalos más o menos
regulares como en A, B y C. El Maestro de la logia se sitúa en M y
los Compañeros de oficio, con los Vigilantes y los Aprendices
recibidos a la izquierda del Maestro, en ff, y el último Aprendiz
recibido en P.
p
A_________________________________________________
a
B_________________________________________________
b
C________________________________________________
c
ff
M
El Maestro dice: "Avanzad". El
Aprendiz dice: "No lo haré si no debo".
El Maestro dice: "Avanzad; os lo
permito".
Entonces, franqueando la primera
línea con un pie, mientras que lleva el otro en escuadra a a, pone
la mano derecha cerca del hombro izquierdo y dice: "Buenos días,
Señores".
Pasando con un pie la segunda
línea y llevando el otro en escuadra a b, pone la mano derecha en
el costado izquierdo y dice: "Dios sea en este lugar". Franqueando
la tercera línea con un pie y llevando el otro en escuadra a c,
pone la mano derecha sobre la rodilla derecha y dice: "Dios
bendiga a todos los honorables Hermanos".
N.B. – Al igual que la escuadra ha
sido colocada tres veces alrededor de su cuerpo él franquea estas
líneas poniendo tres veces los pies en escuadra.
Pregunta: ¿Qué decís?
Respuesta: Heme aquí (con los pies
en escuadra) el más joven y último aprendiz recibido; preparado
para servir a mi Maestro del lunes por la mañana al sábado por la
noche en todos los trabajos lícitos.
P.: ¿Qué os hizo Masón?
R.: La santa voluntad de Dios
todopoderoso me hizo Masón; la escuadra, después de Dios, me hizo
Masón; diecinueve Compañeros de oficio y trece Aprendices me
hicieron Masón.
N.B. – Por lo que recuerdo, toda
la logia presente no excedía de veinte personas; pero se me enseñó
a responder así, lo cual no puedo explicar.
P.: ¿Dónde está vuestro Maestro?
R.: No está tan lejos que no se lo
pueda encontrar.
Entonces, si se tiene la escuadra
al alcance de la mano se la aplica sobre la piedra en la cual
ellos trabajan. Si no, se ponen los pies en escuadra, como se
indica precedentemente. Es en esta actitud que se repiten los
secretos. Pues la escuadra es reconocida por el Maestro tanto por
la palabra como por la posición de los pies.
P.: ¿Cómo ponéis una escuadra?
R.: Coloco dos varas de hierro en
el muro. Si dos no convienen, tres convendrán; y esto hace a la
vez la escuadra y el nivel.
N.B. – Si se colocan dos hierros
encima y uno debajo se forma simultáneamente como una escuadra y
un nivel. Pero ordinariamente no se pone más que uno. Y la razón
por la cual se dice que se "pone" la escuadra en lugar de la
"cuelga" es que no se va a colgar su Maestro.
P.: ¿Qué es un Masón?
R.: Es Masón el que ha nacido
Masón, jurado Masón y Masón de oficio.
P.: ¿Dónde guardáis la llave de
vuestra logia?
R.: Entre mi lengua y mis dientes
y bajo un repliegue de mi hígado, allí donde reposan todos los
secretos de mi corazón: puesto que si revelo alguna cosa [sobre lo
que pasa] en la logia, mi lengua debe ser arrancada de mis
mandíbulas, mi corazón de mi axila izquierda, y mi cuerpo
sepultado bajo el límite de los altos mares, allí donde la marea
desciende y sube dos veces en veinticuatro horas.
P.: ¿Cuál es la llave de vuestra
logia?
R.: Una lengua bien colgada.
P.: ¿Es usted Masón?
R.: Sí.
P.: ¿Cómo lo sabré?
R.: Por los signos, toques y
puntos de mi entrada.
El Maestro: Mostradme uno.
El Aprendiz: Mostradme el primero,
yo os mostraré el segundo.
Entonces el Maestro le da el signo
con la mano derecha sobre el costado izquierdo.
El Aprendiz: Más claramente.
Entonces el Maestro se lo da más
alto, o desplaza su mano un poco más arriba del costado
izquierdo.
El Aprendiz: Yo guardo y oculto.
N.B. – El toque o garra consiste
en poner el extremo del pulgar de la mano derecha sobre la primera
juntura del segundo dedo a partir del pulgar de la mano derecha
del otro.
P.: ¿Cuántos puntos hay en la
palabra?
R.: Cinco.
P.: ¿Qué son estos cinco puntos?
R.: La palabra es el primero, el
signo es el segundo, la garra el tercero, el signo penal cuarto y
guardar y ocultar el quinto.
P.: ¿Dónde habéis sido recibido?
R.: En una logia justa y
perfecta.
P.: ¿Qué es lo que hace a una
logia justa y perfecta?
R.: Cinco Compañeros de oficio y
siete aprendices recibidos.
N.B. – Ellos no se ciñen a este
número aunque lo dicen de esta forma en sus preguntas, operan en
número más reducido.
P.: ¿Dónde debe dar la palabra el
Masón?
R.: En la cima de una montaña,
fuera del alcance del canto del gallo, del ladrido del perro o del
arrullo de la paloma.
P.: ¿Cuántos puntos hay en la
escuadra?
R.: Cinco.
P.: ¿Qué son estos cinco puntos?
R.: La escuadra nuestra maestra
sometida a Dios es uno, el nivel es el segundo, la plomada el
tercero, la regla portátil el cuarto, y la vara de medir el
quinto. El día en el que un aprendiz jura su obligación, elige una
marca para poner en sus útiles, para reconocerlos. Yo escogí ésta.
Me costó un Marco escocés.
Se enseña a responder así a esta
cuestión.
P.: ¿Dónde habéis obtenido esta
marca?
R.: He dejado una, y he tomado
otra.
Si alguno se acerca a un Masón que
trabaja en una piedra y dice "esta piedra está hueca", se enseña
al aprendiz a responder: "no tan hueca que no pueda ser llenada de
nuevo"; o bien: "no más hueca que vuestra cabeza si vuestro
cerebro ha salido de ella".
P.: ¿Cuándo un Masón lleva sus
flores?
R.: Entre San Martín y Navidad.
P.: ¿Cuál es la librea de un
Masón?
R.: Un gorro amarillo y pantalones
azules. Es decir el compás.
P.: ¿Cuántas joyas hay en vuestra
logia?
R.: Tres. Un pavimento
cuadriculado, un perpiaño y una piedra tallada.
P.: ¿Para qué sirve el pavimento
cuadriculado?
R.: Al Maestro Masón para trazar
sus planos sobre el suelo.
P.: ¿Para qué sirve el perpiaño?
R.: Para ajustar la escuadra y
hacer las medidas.
P.: ¿Para qué sirve la piedra
tallada?
R.: A mí, el más joven y último
aprendiz recibido, para aprender a trabajar sobre ella.
P.: ¿Qué altura debería tener un
asiento de Masón?
R.: Dos agujas de campanario, un
respaldo y una techumbre, todo a la altura de la rodilla.
N.B. – Se enseña que el asiento de
un cowan está hecho de piedra volcánica con el fin de que se hunda
rápidamente. Y está situado mitad en la logia, mitad afuera con el
fin de que el cuello del cowan esté bajo el canalón en tiempo de
lluvia y que el agua le penetre por entre los hombros y le salga
sobre sus zapatos.
P.: ¿Dónde está el cable de
remolque?
R.: A dieciocho o diecinueve pies
y medio de la puerta de la logia; y en su extremo está puesto el
mazo que sirve para pulir las piedras.
N.B. No hay allí ningún objeto del
género cable de remolcar.
P.: ¿Dónde situáis vuestra logia?
R.: Sobre la vertiente soleada de
una colina a fin de que el sol se eleve por encima de ella al
levantarse.
N.B. – Una logia es el lugar donde
los Masones se reúnen y trabajan. De allí viene que
esta asamblea o sociedad de
Masones sea llamada una logia.
P.: ¿Cómo está dispuesta vuestra
logia?
R.: Este y Oeste, como lo están
desde hace tiempo las iglesias y las capillas.
P.: ¿Por qué así?
R.: Porque ellas fueron santas y
nosotros deberíamos serlo también.
P.: ¿Cuántas luces hay en vuestra
logia?
R.: Tres.
P.: ¿Cuáles son?
R.: El Sur-Este, el Sur y el
Sur-Oeste.
P.: ¿Cuántos niveles hay en
vuestra logia?
R.: Tres.
P.: ¿Cuáles son?
R.: El sol, la mar y el nivel.
N.B. Ignoro por qué razón el sol y
la mar son citados entre sus niveles, pero ellos lo quieren así.
Mostrar en detalle cómo el Maestro Masón se coloca al lado
Sur-Este de la logia y los Compañeros de oficio justo a su lado,
al lado de éstos los Vigilantes y al lado de ellos los Aprendices
recibidos, a qué distancias están situados los asientos de los
unos de los otros y con qué útiles trabajan, no sería de ningún
interés.
P.: ¿Dónde guardáis la llave de
vuestra logia?
R.: A dos pies y medio de la
puerta de la logia, bajo un brezo verde.
N.B. – Esto se explica por su
juramento, por el cual los secretos de la logia son puestos al
abrigo de las gotas; es decir de los Aprendices no recibidos o de
cualquiera que no fuera de su sociedad y que ellos llaman gotas.
P.: ¿Cuánto tiempo un aprendiz
debería llevar su camisa?
R.: Hasta que ella tenga nueve
nudos; tres en lo alto de la espalda y tres a lo largo de cada
brazo.
Existen igualmente otros diversos
signos por los que se distinguen o reconocen entre ellos. Así, si
uno de ellos se encuentra en una asamblea y quiere llamar a otro
Masón, lo hace pasándole un pedazo de papel con un lado doblado en
escuadra; y suponed que lo arrugue en su mano, cuando se abra el
pliegue en escuadra será lo que se remarcará. O si él hace pasar
su guante, entonces la escuadra se hace sobre la primera
articulación del segundo dedo, con la uña del pulgar o cualquier
otra cosa.
Para reconocer a otro al beber, se
dice: "Bebed". El otro dice: "No". Se dice una segunda vez:
"Bebed". El otro responde: "Después de vos, según las buenas
costumbres". Se dice entonces: "Bebed, yo respondo de vos".
Entonces el otro bebe.
Al llegar a una casa donde puede
haber Masones, se debe llamar tres veces a la puerta: uno débil,
uno más fuerte y uno aún más fuerte. Se da el signo poniendo la
mano derecha en alto del lado izquierdo. O bien al cabalgar, se
debe golpear el caballo por encima del hombro izquierdo. En un
país del cual se ignora la lengua, se debe arrodillar sobre una
rodilla levantando la mano delante de los Masones.
Si se llega a una asamblea, y se
quiere saber si se encuentra en ella un Masón, uno hace que se
tropieza al entrar y dice: "El día está hecho para ver y la noche
para entender. Gracias a Dios todos tenemos nuestros beneficios
habituales. No hay diferencia entre una vaca parda y una vaca
parda sin cuernos". Entonces si hay un Masón en la compañía, él
dice: "¿Qué dice el Compañero?". Se responde: "Yo no digo nada que
no pueda repetir: No hay diferencia entre una vaca parda y una
vaca parda sin cuernos".
Se reconoce al caballo de un Masón
entre los demás, por el estribo izquierdo que está levantado.
Para saber si hay uno o varios
Masones en una compañía que uno se encuentre en el camino se dice:
"¿Quién marcha?" Entonces si hay uno, él dice: "Un hombre marcha".
Si hay varios la respuesta es: "Unos hombres marchan". Entonces se
dice: "Bravas gentes y Maestros, estad contentos; que Dios bendiga
toda vuestra compañía". O bien se da el signo, con la mano derecha
sobre el soplo, lo que se llama la orden regular de los Compañeros
de oficio; y la garra aprisionando sus dedos en la muñeca del
otro, después, su codo; o se ponen mano en mano, pie contra pie,
rodilla contra rodilla, corazón contra corazón, oreja contra
oreja, y se dice: "Yo os saludo, yo os saludo, que Dios os salve y
haga de vos un buen Maestro Masón; soy un joven, buscando fortuna;
si podéis darme la ocasión, os haré una buena acción".
Voy a describir ahora lo que ellos
llaman la "lección del lunes". Cuando el Aprendiz llega a la
puerta de la cocina de su Maestro, debe dar tres golpes: uno
débil, otro más fuerte y otro aún más fuerte. Si no hay respuesta,
debe tirar del pestillo y entrar, lavar los platos y barrer la
casa.
P.: ¿A qué distancia el Aprendiz
debe llevar las cenizas?
R.: Tan lejos que pueda ver el
humo salir de la chimenea.
Después de que llega a la puerta
de la habitación de su Maestro da tres golpes: uno débil, otro más
fuerte y otro aún más fuerte y dice: "Maestro, ¿os despertáis? Si
el Maestro responde: "No tanto ruido, puedo despertarme", entonces
él entra. El Maestro pregunta: "¿Qué tiempo hace esta mañana?". El
responde: "Es una bella mañana; el viento está al Oeste y el sol
al Este; son las cinco pasadas y van para las seis". El Maestro
dice: "¿Quién os lo ha dicho?". El Aprendiz responde que ha
encontrado un "hombre de los brezos". "Sí, responde su Maestro, la
tristeza se levanta temprano en la mañana.
P.: ¿Cómo da el Aprendiz su camisa
a su Maestro?
R.: El se la presenta por la manga
izquierda, después el cuello y la parte delantera por encima, a
punto para ser enfilada. Le da el resto de sus vestimentas de la
misma forma. Después de esto, le da agua para lavarse, luego le
tiende una toalla para secarse. Si no tiene le ofrece un paño de
su camisa. Si no tiene le dice que lo haga como pueda. A
continuación él sigue a su Maestro al subir la calle y al
descenderla, con el pie derecho a la izquierda de su Maestro, del
lado de la espada, a la distancia de una vara de nueve pulgadas,
hasta que llega a dieciséis pies y medio de la puerta de la logia.
Entonces el Aprendiz deja al Maestro. Va a preparar la logia y
poner los objetos en orden. Después de esto él llama los hombres
al trabajo.
Esto es todo lo que hay para
decir, o al menos todo lo que recuerdo sobre sus invenciones.
COMENTARIO
La Confesión de un Masón fue
publicada en el "Scots Magazine" en 1755, si bien se refiere a la
Masonería de 1727. Por eso se utiliza esta fecha como el origen
del documento. Se trata de una descripción de la Masonería
operativa practicada en aquella época todavía en Escocia,
tratándose por ello de un texto de un gran valor histórico y
simbólico. Este catecismo o manual de instrucción tiene la
peculiaridad de presentarse como las confesiones de un masón
aparentemente decepcionado de la Masonería y sus símbolos y ritos.
Se trata de una divulgación impresa por la que un masón enfermo,
ante la muerte, quiere tranquilizar su conciencia confiando una
carta enviada a un periódico, el Scots Magazine. El texto contiene
usos y giros lingüísticos típicos del escocés, pero no es arcaico.
El texto tiene las siguientes
partes: una carta introductoria, el juramento, la palabra de paso
y diversos secretos masónicos.
Previamente a la entrada del
candidato, se le semidesviste al modo tradicional: “Después que
uno se presenta en la puerta, el que la guarda, llamado el
vigilante, le retira la jarretera de la pierna derecha, baja la
media, rodándola, sube el pantalón por encima de la rodilla y
exige de él que le entregue todos los objetos de metal que lleve
puestos”.
cabe reseñar que algunas cuestiones
tales como los signos secretos, la vida cotidiana del masón de
época operativa, medios para reconocerse en ambientes profanos,
alusiones a la fraternidad o al encuentro de hermanos “en camino”,
presuponen que proceden de la época de Viajes del Trabajo.
Juramento:
“Se lo hace arrodillar sobre la
rodilla derecha desnuda; la escuadra se pone tres veces alrededor
de su cuerpo y se apoya sobre su pecho, el compás abierto
pinchando el pecho y su codo desnudo puesto sobre la Biblia, la
mano izquierda levantada. Entonces presta juramento: Como
respondería delante de Dios en el gran día, y delante de esta
compañía, yo guardaré y esconderé, o no divulgaré ni daré a
conocer los secretos de la palabra del Masón, [aquí el candidato
se compromete a no escribirlas sobre papel de pergamino, madera,
piedra, arena, nieve, etc.], bajo pena de serme arrancada la
lengua de debajo de mis mandíbulas y mi corazón arrancado de
debajo de mi axila izquierda, y mi cuerpo sepultado bajo el límite
de los altos mares, allí donde la marea desciende y sube dos veces
en veinticuatro horas". Inmediatamente después del juramento,
el que preside dice: "Habéis descendido como cowan, yo os elevo
como Masón".
Del texto se deduce que el aprendiz
podía tener su marca, pagando unos derechos. Pero tal marca se
utiliza sólo para identificar sus útiles de trabajo y no para
marcar su trabajo (esto es privilegio exclusivo de los oficiales
del taller). La marca también se menciona en los Estatutos Schaw y
en el documento “El tejamiento del masón”.
De la Palabra
Durante la ceremonia se le muestra
“la palabra” en la Biblia, lo que parece implicar que el aprendiz
ya sabe leer y no sólo deletrear, lo que contradice los usos
operativos que conciben al aprendiz como incapaz de memorizar
figuras geométricas y descifrar un plano: “Después del juramento,
una palabra me es mostrada en las Escrituras y me dicen que es la
palabra del masón. La palabra está en I Reyes 7-21. Dicen que Boaz
es la palabra del masón y Jachin la palabra del compañero de
oficio. La primera se muestra a un Aprendiz recibido después de
haber prestado juramento. La segunda es mostrada al que, habiendo
sido aprendiz durante al menos un año, es admitido a un grado más
alto en la logia”. La Palabra de aprendiz: Boaz. La Palabra de
compañero: Jachin. Aparecen en orden inverso de como aparecen en
la Biblia. Como en otros textos, el nombre se altera de grado.
Parece como si antiguamente a la pregunta de la palabra se
respondiera en ambos grados Jachin/Boaz.
Se habla de la lección del lunes.
Se trata de la instrucción que reciben los aprendices el lunes no
en el taller sino en la casa del maestro. En estas lecciones, el
texto explica que se instruía al aprendiz en: manera de dar los
golpes rituales, su ritmo, simbolismo de la ceremonia de recepción
y de la fraternidad. El aprendiz es descrito como llamando al
cuarto de su maestro después de haber llamado a la puerta de la
cocina. Esto recuerda otros textos anteriores en que se menciona
que el aprendiz es retejado en la cocina y después en la sala:
“Voy a describir ahora lo que ellos llaman la "lección del lunes".
Cuando el Aprendiz llega a la puerta de la cocina de su Maestro,
debe dar tres golpes: uno débil, otro más fuerte y otro aún más
fuerte. Si no hay respuesta, debe tirar del pestillo y entrar,
lavar los platos y barrer la casa.
P.: ¿A qué distancia el Aprendiz
debe llevar las cenizas?
R.: Tan lejos que pueda ver el humo
salir de la chimenea.
Después de que llega a la puerta de
la habitación de su Maestro da tres golpes: uno débil, otro más
fuerte y otro aún más fuerte y dice: "Maestro, ¿os despertáis? Si
el Maestro responde: "No tanto ruido, puedo despertarme", entonces
él entra”.
El texto confirma que “Es una
costumbre anual que estas admisiones por juramento en el seno del
oficio tengan lugar en todo el país el día de San Juan, como se le
llama, es decir el 27 de diciembre”.
También se explica que el aprendiz
ha de serlo al menos durante “un año” antes de pasar al grado
superior. Hay diferencias de posición entre los aprendices más
antiguos y el más nuevo.
Respecto al grado de Compañero, el
texto comprende a este grado también a los maestros.
La logia tiene un maestro y al
menos dos vigilantes. Uno de ellos es el encargado de tutelar al
candidato a la iniciación tal y como en Francia hace el “hermano
terrible”: “Un miembro de la logia me instruyó un poco sobre tales
secretos el día mismo en que fui recibido y se lo llamó mi
padrino; y otra persona de la logia que yo escogí entonces como
preceptor por doce meses, fue llamado mi instructor”.
Otros secretos:
El texto añade que “Ahora voy a desvelaros varios
secretos de diversas clases. Uno de ellos se refiere a las "tres líneas
trazadas en tiza sobre el suelo, a intervalos más o menos
regulares como en A, B y C. El Maestro de la logia se sitúa en M y
los Compañeros de oficio, con los Vigilantes y los Aprendices
recibidos a la izquierda del Maestro, en ff, y el último Aprendiz
recibido en P".
p
A_________________________________________________
a
B_________________________________________________
b
C________________________________________________
c
ff
M”
Siendo estas tres gradas las del
templo cristiano, se explican los tres pasos de aprendiz en línea
recta, talón contra talón. El aprendiz “franqueando la primera
línea con un pie, mientras que lleva el otro en escuadra a a, pone
la mano derecha cerca del hombro izquierdo y dice: "Buenos días,
Señores". Pasando con un pie la segunda línea y llevando el otro
en escuadra a b, pone la mano derecha en el costado izquierdo y
dice: "Dios sea en este lugar". Pasando la tercera línea con
un pie y llevando el otro en escuadra a c, pone la mano derecha
sobre la rodilla derecha y dice: "Dios bendiga a todos los
honorables Hermanos".
Las tres palabras y otros signos de
reconocimiento:
“P.: ¿Dónde debe dar la palabra el
Masón? R.: En la cima de una montaña,
fuera del alcance del canto del gallo, del ladrido del perro o del
arrullo de la paloma”. El secreto “P.: ¿Dónde guardáis la
llave de vuestra logia? R.: Entre mi lengua y mis dientes y
bajo un repliegue de mi hígado, allí donde reposan todos los
secretos de mi corazón: puesto que si revelo alguna cosa [sobre lo
que pasa] en la logia, mi lengua debe ser arrancada de mis
mandíbulas, mi corazón de mi axila izquierda, y mi cuerpo
sepultado bajo el límite de los altos mares, allí donde la marea
desciende y sube dos veces en veinticuatro horas”. “P.: ¿Dónde guardáis la llave de
vuestra logia? R.: A dos pies y medio de la puerta
de la logia, bajo un brezo verde. N.B. – Esto se explica por su
juramento, por el cual los secretos de la logia son puestos al
abrigo de las gotas; es decir de los Aprendices no recibidos o de
cualquiera que no fuera de su sociedad y que ellos llaman gotas...
El toque o garra consiste en poner el extremo del pulgar de la
mano derecha sobre la primera juntura del segundo dedo a partir
del pulgar de la mano derecha del otro”.
Para reconocerse entre Masones se
da el signo, con la “garra aprisionando sus dedos en la muñeca del
otro… o se ponen mano en mano, pie contra pie, rodilla contra
rodilla, corazón contra corazón, oreja contra oreja”
Fue publicado por los historiadores Knoop, Hamer y Jones. Una
edición bilingue inglés-francés, con un breve estudio, fue publicada por Philippe Langlet,
Textes fondateurs de la franc-maçonnerie, Paris, 2006, pp.
409-443.
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